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El Reino Unido enmendará, si es preciso, su ley de derechos humanos, que incorpora los principios contenidos en el Convenio Europeo sobre esa materia, para facilitar la deportación o exclusión de personas que alientan el terrorismo, explicó ayer el primer ministro, Tony Blair.

Frente a quienes argumentan que esas medidas pueden en algunos casos atentar contra el Convenio Europeo de Derechos Humanos, ratificado por Londres en 1951, Blair recordó que éste establece en su artículo segundo el derecho a la vida de toda persona y que es el primero que violan los terroristas.

El líder laborista hizo su anuncio en el transcurso de una conferencia de prensa en Londres, en la que desgranó una serie de propuestas con la que su Gobierno quiere hacer frente a quienes propagan la que él califica de «ideología del mal» y desean establecer un «Estado talibán».

Las leyes británicas permiten ya la expulsión de personas que representan una amenaza para la seguridad nacional, algo que el Gobierno laborista quiere aplicar también en casos de instigación al terrorismo.

El primer ministro negó que haya una contradicción entre la protección de los derechos humanos y la de los ciudadanos frente al terrorismo, y señaló que lo importante es «encontrar el justo equilibrio».

Los defensores de los derechos humanos argumentan, entre otras cosas, que no puede ser deportado un individuo, cualquiera que sea la causa, a países en los que se sabe que se tortura, práctica que también prohíbe el Convenio Europeo.

Blair recordó, sin embargo, que ya se ha firmado un memorándum de entendimiento con Jordania para asegurar que los deportados van a ser bien tratados, y dijo que hay también consultas al respecto con un grupo de diez países, entre ellos Argelia y el Líbano.