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AGENCIAS-COLOMBO
El Gobierno de Sri Lanka no violará unilateralmente el alto el fuego firmado en 2002 con los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE), aunque advirtió de que hará todo lo que sea necesario por la seguridad de los ciudadanos después de que el Ejército acusara al grupo rebelde de perpetrar el asesinato del ministro de Asuntos Exteriores, Lakshman Kadirgamar.

El Ejército desplegó un operativo de seguridad por toda la isla compuesto de helicópteros y otras naves para controlar los movimientos de los rebeldes en sus tierras, además de patrullas marítimas en las costas, algunas controladas por los rebeldes. Además, los soldados están revisando vehículos por toda la capital, Colombo, informó el portavoz militar Brig. Daya Ratnayake.

«No se han dado instrucciones contrarias al mantenimiento del cese el fuego», confirmó Harim Peiris, portavoz de la presidenta del país, Chandrika Kumaratunga. Sin embargo, el Gobierno considera «un grave escollo» para el proceso de paz el asesinato ayer de Kadirgamar, por el que el Ejecutivo declaró en Sri Lanka el estado de emergencia. Los militares acusaron del atentado a los Tigres, que negaron tener responsabilidad en el suceso.

Kadirgamar, uno de los políticos más queridos y respetados de Sri Lanka, que ocupó el cargo de ministro de Asuntos Exteriores entre 1994 y 2001 y de nuevo desde abril pasado, era conocido objetivo de los rebeldes Tigres de Liberación de la Patria Tamil (LTTE) por su campaña contra ellos.