Una mujer pasa por debajo de una bandera palestina con la leyenda de «Gaza libre».

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AGENCIAS-GAZA
Los fundadores y los líderes de Hamás comparecieron ayer sábado en una rueda de prensa celebrada en Gaza, por primera vez en los últimos 10 años, para afirmar que la resistencia armada continuará tras la retirada de Israel de la franja de Gaza y el norte de Cisjordania.

Tocados con gorras y con las banderas verdes, símbolo del grupo armado, los líderes del movimiento islámico Hamás han anunciado que «la resistencia armada no cesará» y que el grupo celebrará la victoria de la retirada de Israel de la franja de Gaza y de Cisjordania.

La retirada de la franja de Gaza «es el primer paso hacia la liberación de las tierras ocupadas de Palestina y para tomar Jerusalén. Nunca será el último paso como quiere Sharón (primer ministro de Israel)», dice un comunicado oficial leído ante los periodistas por el líder de Hamás, Ismael Haneya.

Hamás considera que la retirada de Israel de la franja de Gaza y de los cuatro asentamientos de Cisjordania es la consecuencia directa de los ataques llevados a cabo por los grupos armados contra objetivos israelíes durante los últimos cinco años de Intifada.

«El fin de la ocupación es el fruto de la resistencia y el fruto del sacrificio de nuestro pueblo, de su dolor y de su sufrimiento», prosiguió Haneya, quien añadió que «esto demuestra que el único lenguaje para terminar con la ocupación israelí es el lenguaje de la fuerza».

Los líderes de Hamás insistieron en que la retirada de la franja de Gaza tiene que ser «completa» para que no quede convertida en una «gran cárcel» e insistieron en que los palestinos tienen que controlar sus playas, su espacio aéreo y todos los puestos de cruce y terminales que rodean ese territorio.

Cuestión de fe
Los colonos del asentamiento de Nevé Dekalim conmemoran a partir de esta noche la jornada de Tishá Beav en recuerdo de la destrucción del Templo de Jerusalén, un episodio que algunos comparan con su propia evacuación de la franja de Gaza.

«Para nosotros, el tener que irnos de estas tierras y destruir nuestras casas representa 'nuestra destrucción del templo'; es la prueba que Dios manda a cada generación para que reafirme su fe en El», afirma Eliyahu Shejor, de 54 años y uno de los vecinos de la capital del bloque de asentamientos de Gush Katif. «Y nosotros, a pesar de nuestra desgracia, seguiremos clamando en busca de Su camino y hoy lloraremos no sólo el Templo sino también nuestra propia expulsión de Gush Katif», agrega.

Shejor, como la inmensa mayoría de los habitantes de las colonias en Gaza y buena parte de los habitantes judíos de Israel, conmemoran desde el anochecer la denominada «Tishá Beav», la jornada más funesta del calendario judío, como su nombre indica, el 9 del mes de Av.