Al menos 15 vehículos, incluidos tres coches policiales y dos
autobuses, quedaron destruidos. Los atentados se produjeron en un
importante paso de tránsito salir de la capital.
En el primer atentado, un terrorista suicida hizo detonar el
vehículo que conducía en el exterior de la estación de autobuses de
Al Nahda, en el centro de la capital iraquí, según señaló el
capitán de la Policía Nabil Abdul Qader, y, casi al mismo tiempo,
un segundo coche bomba estacionado en el aparcamiento de la
estación hizo explosión poco después.
Media hora más tarde, un segundo terrorista suicida hizo
estallar su vehículo cerca del hospital de Al Kindi, mientras
llegaban las víctimas de los primeros ataques, y provocando heridas
a más personas. No está claro si el hospital era el objetivo de la
explosión, según la Policía.
Según la autoridades militares estadounidenses en la zona, la
cifra de muertos es más baja, y se trata de 32 civiles y seis
policías, mientras que los heridos serían 68. Los militares
estadounidenses calificaron los ataques de «crímenes contra la
humanidad» puesto que atentaron contra civiles, servicios de
emergencia y un hospital, según explicó el coronel estadounidense
Joseph Disalvo.
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