Centenares de neonazis marcharon ayer por Berlín y Nuremberg, en el
aniversario de la muerte de Rudolf Hess y mientras los partidos
democráticos «tomaban» el lugar donde está enterrado el
lugarteniente de Hitler, Wundsiedel (Baviera).
Unos 500 cabezas rapadas desfilaron por el centro de la capital
alemana y otros 350 lo hicieron en Nuremberg, convocados por el
ultraderechista Partido Nacional Democrático (NPD), a modo de
compensación tras la prohibición de hacerlo en Wundsiedel.
Organizaciones cívicas y partidos habían llamado a los
ciudadanos de Wundsiedel a «plantar cara» a los neonazis, en la
llamada Día de la Democracia, convocatoria a la que respondieron
2.000 personas. Por otra parte alrededor de quinientos activistas
más participaron también en otra manifestación de protesta contra
los neonazis.
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