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La policía británica realizó ayer una explosión controlada en la terminal del aeropuerto de Manchester (Inglaterra) después de incautar una maleta sospechosa a un individuo que deambuleaba por la zona y que fue arrestado, bajo la ley antiterrorista, con un arma paralizante. El altercado provocó el cierre temporal del aeropuerto del norte de Gran Bretaña, aunque horas después volvió a la normalidad.

Una unidad de explosivos del ejército investigó el paquete y luego lo hizo explotar en forma controlada. Se evacuó parte de dos terminales y se les pidió a los pasajeros de los vuelos que estaban próximos a despegar que no fueran al aeropuerto. Un automóvil, que se cree que pertenecía al hombre detenido, fue recuperado y examinado.

La explosión se llevó a cabo por control remoto en la zona de estacionamiento de aviones, situada entre las terminales uno y dos de dicho aeropuerto que tuvieron que ser evacuadas.

Gran Bretaña ha estado en alerta ante la posibilidad de que se concreten más hechos de violencia desde que cuatro atacantes suicidas se inmolaron en parte de la red de transporte londinense el 7 de julio, matando a 52 personas. Otros cuatro intentaron concretar un ataque similar dos semanas después.

En el aeropuerto de Manchester, en el noroeste de Gran Bretaña, operan alrededor de 95 aerolíneas que transportan más de 19 millones de pasajeros a alrededor de 170 destinos por año.

Por otra parte, un británico convertido al Islam fue condenado ayer a 15 años de cárcel por dos delitos de posesión de material susceptible de ser utilizado en actos terroristas, como instrucciones para usar un mortero y un mensaje codificado.