Los bomberos intentan apagar uno de los fuegos que hirieron a soldados americanos.

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Más de 60 iraquíes fallecieron ayer en un triple atentado suicida con coches bomba en la ciudad de Balad, poco antes de que el mando militar estadounidense anunciara la muerte de cinco soldados norteamericanos.

El primero de los coches explotó a las 18.30 hora local en la avenida al-Masraf, una de las principales arterias de la localidad.

Según fuentes médicas, al menos 62 personas perdieron la vida y más de 80 resultaron heridas como consecuencia de los atentados perpetrados ayer en la ciudad de Balad, a 60 kilómetros al norte de Bagdad.

«La mayoría de las víctimas son civiles y los cadáveres están destrozados o calcinados», declaró el director del Hospital General de Balad, Qasem Abud.

Añadió que entre los heridos se encuentra el director de la policía de la ciudad, coronel Qazm Husein.

Según fuentes del ministerio de Interior, los dos primeros atentados tuvieron lugar junto a la comisaría central de la ciudad, y el tercero en una zona comercial en el centro.

Las mismas fuentes explicaron que los tres vehículos hicieron explosión de forma casi simultánea en puntos neurálgicos de Balad.

Cuando la gente se aproximó para ver lo sucedido y para ayudar en el traslado de los heridos, otro suicida hizo estallar el vehículo que conducía en ese mismo lugar, cuando apenas habían transcurrido diez minutos de la primera explosión.

La fuente detalló que un tercer suicida hizo saltar por los aires el vehículo que conducía en el barrio donde se encuentran las calles de Bab al-Suq y Bab al-Sur.

Como consecuencia de las violentas explosiones 25 coches ardieron completamente y decenas de pequeños establecimientos comerciales quedaron destruidos.