Jack Straw (izq.) y Javier Solana conversan en un intervalo de las maratonianas reuniones de ayer.

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EFE-LUXEMBURGO
La Unión Europea y Turquía lograron ayer un acuerdo para iniciar anoche mismo las históricas negociaciones de adhesión de Turquía a la Unión, después de una sesión plenaria del Consejo en la que todos los ministros respaldaron el texto definitivo del marco de negociación tras vencer el veto de Austria y las reticencias de Chipre. Previamente, Turquía había dado ya su acuerdo al compromiso elaborado por la Presidencia de turno británica.

La última reserva turca al compromiso se centró en la alusión a la necesidad de que Ankara vaya alineándose con las posiciones de la UE en política exterior y, especialmente, apoye las aspiraciones de pertenencia de sus estados miembros a las organizaciones internacionales. En Turquía este párrafo es visto como una imposición de la UE de cara a una eventual solicitud de adhesión de Chipre a la OTAN, Alianza donde Turquía tiene derecho de veto.

La negociaciones de adhesión, que Turquía lleva esperando 40 años y que son vistas con recelo por una mayoría de la población europea según las encuestas, comenzaron con una ceremonia tras la llegada a Luxemburgo del ministro turco de Exteriores, Abdulá Gul.

Finalmente, el acuerdo fue aprobado unánimemente, tras una complicada jornada diplomática en Luxemburgo y después de que Turquía comunicara que aceptaba el documento marco que regirá las inminentes negociaciones.

Straw trató de eliminar primero las objeciones que planteaba uno de los estados miembros, Austria. Viena renunció finalmente a incluir en el marco negociador la posibilidad de una «alternativa» a la adhesión plena, aunque forzó un mayor desarrollo del párrafo en el que se llama la atención sobre la capacidad de la UE para absorber a nuevos miembros.

Por su parte, Turquía aceptó que la meta de la adhesión se contemple como un «objetivo común», pero que las negociaciones tienen un carácter abierto y sin un final predeterminado.