Coches quemados en los disturbios de Estrasburgo fueron apilados en un depósito de vehículos.

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El primero núcleo urbano en decretar el toque de queda fue el prefecto (gobernador civil) de Somme (norte) que fijó el toque de queda en la ciudad de Amiens (135.000 habitantes) para todos los menores de dieciséis años no acompañados de un adulto, al tiempo que ha prohibido la venta a ese segmento de población de cualquier tipo de carburante. Un Consejo de Ministros extraordinario decidió ayer recuperar una ley de 1955, que se remonta a la guerra de Argelia, para decretar el estado de emergencia ante la oleada de actos vandálicos en la periferia de París y otras ciudades del país.

Presidida por el jefe de Estado, el conservador Jacques Chirac, la reunión del Gabinete ha aprobado un decreto por el cual desde la medianoche de ayer los prefectos podrán establecer el toque de queda donde sea necesario. La decisión del Gobierno ha sido considerada por Chirac «necesaria para acelerar el regreso de la calma», después de que la violencia se adueñara de las calles de diferentes lugares de Francia el pasado 27 de octubre tras la muerte accidental de dos adolescentes en un barrio marginal de la periferia de París.

Desde entonces los disturbios han supuesto la quema de más de seis mil vehículos en trescientas localidades de toda Francia, donde también han sido incendiados gimnasios, escuelas o tiendas. Alrededor de 1.500 personas han sido detenidas y 178 encarceladas por orden judicial, según datos del Ministerio de Justicia. En la duodécima noche de violencia se quemaron más de 1.200 vehículos, 330 personas fueron detenidas y 12 policías resultaron heridos.