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El ex dictador chileno Augusto Pinochet, fue declarado mentalmente apto para un juicio por el Tribunal Supremo, quien sentenció que el dictador «sobresimuló» estar loco. Pinochet dedicó «a Dios y a Chile» todo lo que hizo durante su régimen en el interrogatorio a que fue sometido por el juez que investiga los crímenes de la Operación Colombo.

«Lamento y sufro por esas pérdidas, pero es Dios quien hace las cosas, El me perdonará si me excedí en alguna, pero no creo que haya sucedido eso», precisó. La respuesta más recurrente de Pinochet a las preguntas del juez fue «no me acuerdo», incluido el juego de palabras «no me acuerdo, pero no es cierto. No es cierto, y si fuera cierto, no me acuerdo», en relación a si, como ha asegurado Contreras, era el jefe máximo de la DINA.

«Todo lo que hice, todo lo que actué, todos los problemas, se los dedico a Dios, se los dedico a Chile, porque de esa forma se permitió que el país no fuera comunista y surgiera como hasta hoy», manifestó Pinochet el pasado lunes al juez Víctor Montiglio, que lo interrogó en su domicilio.

Pinochet también negó haber sido el jefe máximo de la DINA, la policía secreta de su régimen, y aseguró que al director de ese organismo, Manuel Contreras, «le gustaba engatusarlo». Afirmó además que lamenta las muertes que se produjeron durante su dictadura de 17 años, pero las atribuyó a «Dios».

Montiglio entregó ayer a las partes del caso el contenido del interrogatorio y las conclusiones de los médicos que, por orden de la Corte Suprema, examinaron a Pinochet para evaluar su condición mental. Según las conclusiones de los seis peritos del Servicio Médico Legal que participaron en los exámenes, el ex gobernante de facto, que cumplirá 90 años el próximo día 25, está en condiciones psiquiátricas de afrontar un juicio.

Aunque desde el punto de vista neurológico mantiene el diagnóstico de demencia subcortical, ello no le impide participar en un proceso, concluyeron.

Según el abogado querellante Hernán Quezada, Pinochet «sobresimuló» sus trastornos cognitivos a fin de hacer aparecer más grave la enfermedad neurológica que le afecta. «Mostró lucidez, conocía nombres de abogados, parientes y amigos, sabía respecto de qué estaba siendo interrogado y la gravedad de cargos que se le imputan», dijo Quezada a los periodistas, tras examinar los documentos facilitados por el juez.