El primer ministro israelí, Ariel Sharón, y el líder laborista,
Amir Peretz, acordaron ayer adelantar las elecciones nacionales,
que debían celebrarse en noviembre de 2006, a una fecha «entre
finales de febrero y finales de marzo» del año próximo. «Dejé que
el jefe del Gobierno escoja la fecha», declaró el nuevo líder del
Partido Laborista (PL) a los periodistas después de reunirse ayer
con Sharón en su despacho de Tel Aviv.
Durante la «franca» conversación con Sharón, agregó Peretz, «le
dije que la suerte está echada, y que debo cumplir con el
electorado de mi Partido», que encabezado por el octogenario Simón
Peres, forma parte desde enero de este año del Gobierno y está
expuesto a la crítica del sector pacifista. El imprevisto cambio de
guardia en el PL causó desazón en la clase política de Israel, pero
beneplácito en el «campo de la paz», y en el Gobierno del
presidente palestino, Mahmud Abás.
En declaraciones a la prensa local antes de la reunión con
Peretz, Sharón, de 78 años, había indicado que ante la amenaza
laborista de abandonar su coalición y dejarle en minoría en el
Parlamento (Kneset), pesó que «lo mejor para el país será anticipar
las elecciones» y hacerlo «lo antes posible».
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