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EUROPA PRESS-ROMA
Los sindicatos mayoritarios italianos, CGIL, CISL y UIL consideraron un «éxito extraordinario», con un 80-90% de ausencias en el trabajo, la huelga general de cuatro horas convocada ayer contra la ley de presupuestos generales.

El transporte aéreo se detuvo desde las 12:00 a las 16:00, mientras que el transporte ferroviario se unirá a la huelga desde las 9:00 a las 13:00), así como el marítimo retrasará 24 horas la salida programada de sus barcos.

Según datos de los sindicatos además del amplio apoyo con las ausencias laborales, unas 80.000 personas han participado en la manifestación que se ha realizado en Roma, mientras que 100.000 personas salieron a la calle en Milán y 30.000 en Palermo, donde concluyeron con un discurso los líderes sociales.

La huelga en la que estaban llamados a participar los trabajadores del sector público y privado se completó con manifestaciones en todas las ciudades italianas, como protesta ante una ley de presupuestos, que según los sindicatos, no recoge las propuestas realizadas por las partes sociales para el desarrollo del país.

La abstención al trabajo fue de cuatro horas y cada sector ha elegido la franja de tiempo, mientras que en las regiones de Abruzzo, Basilicata y Calabria y las provincias de Udine, Frosinone, Latina, Viterbo, Perugia, Lecce, Caltanissetta, Sassari y Brindisi, los sindicatos decidieron ampliar la huelga a las 8 horas.

Esta es la sexta huelga general que afronta el Gobierno de Silvio Berlusconi, que comentó que se trataba de una movilización «inútil» y una prueba de fuerza «que forma parte de un rito ya conocido y machacado que no tiene ningún efecto». Mientras, el Ministro de Trabajo, Roberto Maroni la definió «una huelga política» destinada sólo para protestar contra las reformas.

En la manifestación de Roma, El CGIL, el sindicato con mayor número de afiliados, comentó que se trataba de una «huelga justa». «En esta crisis, el precio más alto lo están pagando los trabajadores. Si nosotros ante estas decisiones, que están hundiendo el país, no reaccionamos sería como compartir la responsabilidad de lo que está pasando».