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EFE-DAMASCO
Siria dio ayer su brazo a torcer y accedió a que los cinco sospechosos por el asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri y veinte personas más sean interrogados en la sede de la ONU en Viena.

Así, Damasco consigue evitar, al menos de momento, un choque frontal con la comunidad internacional, con este anuncio que llega tres semanas antes de que el comité investigador internacional sobre el asesinato de Hariri, presidido por el fiscal alemán Detlev Mehlis, presente su informe definitivo.

El pasado 31 de octubre, el Consejo de Seguridad de la ONU advirtió a Siria de que debía cumplir la resolución 1636 y colaborar con la comisión internacional que dirige Mehlis o, en caso contrario, arriesgarse a posibles sanciones.

«A la luz de las garantías ofrecidas a Siria, que están en armonía con lo que Siria buscaba (...) hemos acordado informar a Mehlis de que aceptamos su compromiso de venir a oír a las cinco personas sirias en la sede de la ONU en Viena», dijo en rueda de prensa el viceministro de Exteriores, Walid Al Muallem.

Hasta el momento, Mehlis ha insistido en que los cinco sospechosos sirios, todos ellos altos responsables de la seguridad del país, sean interrogados en el cuartel general de su comisión investigadora, en Monteverde (Líbano).

La opción de Viena no ha sido públicamente comunicada por Mehlis, pero Al Muallem aseguró ayer que fue propuesta por Mehlis en una reunión el pasado 18 de noviembre en Barcelona con el asesor sirio de la presidencia, Riad al Dawd.

La inesperada decisión siria puede disuadir a Mehlis de notificar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la falta de cooperación siria, algo que podría haber sido fatal para Damasco porque le habría expuesto a inmediatas sanciones.