Dos palestinos murieron y otros ocho resultaron heridos ayer en un
ataque aéreo israelí en la ciudad de Rafah, en el sur de la franja
de Gaza. La fuerza aérea israelí disparó dos misiles contra un
coche que circulaba por la ciudad de Rafah y cuyos ocupantes eran
milicianos de los Comités Populares de Resistencia.
Uno de ellos ha sido identificado como Mahmoud Al-Argan,
cabecilla de las Brigadas de Saladino, una de las células de esa
milicia en el sur de Gaza. También el otro muerto era militante de
las Brigadas de Saladino, y circulaba en el coche con Al-Argan.
Según un comunicado del Ejército israelí, Al-Argan estaba a cargo
de la fabricación de cohetes Kasam, habitualmente disparados contra
el territorio de Israel. Testigos presenciales dijeron que el
ataque fue llevado a cabo por un avión de reconocimiento sin piloto
con capacidad ofensiva, una tecnología que Israel no ha confirmado
tener.
El ataque contra Al-Argan forma parte de la reanudación de la
política de «asesinatos selectivos» de Israel, aprobada por el
Gobierno israelí después del atentado suicida en la ciudad de
Netanya ese mismo día, en el que murieron cinco israelíes.
Sin embargo, la propuesta de reanudar esa política, columna
vertebral de la tregua del pasado marzo entre el primer ministro
Ariel Sharón y el presidente de la ANP, Mahmud Abás, responde más a
los ataques palestinos con cohetes el pasado fin de semana que al
atentado suicida del lunes.
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