Italia recibió ayer con conmoción la noticia de la muerte de tres soldados italianos y un militar rumano en un atentado perpetrado en Nasiriya (sur de Irak) contra una patrulla del contingente italiano y anunció que no acelerará el retiro de sus tropas en ese país.
«En esta, como en las otras trágicas ocasiones, todo el país se une al dolor de las fuerzas armadas», declaró el ministro de Defensa, Antonio Martino.
«La situación en Irak no ha dejado de empeorar. Nuestra posición es la misma que tiene hoy en día la mayor parte de los estadounidenses y no muy diferente a la del gobierno saliente de Silvio Berlusconi, que es efectuar un retiro gradual de las tropas antes de finales del 2006», declaró en un comunicado Romano Prodi, primer ministro electo de Italia.
El atentado ocurre en un momento delicado para Italia, después de la derrota electoral del primer ministro Silvio Berlusconi, aliado incondicional de George W. Bush y la victoria de la coalición de centro-izquierda liderada por Prodi en las elecciones legislativas del 9 y 10 de abril, quien había prometido la retirada de los militares desplegados en Irak.
Una bomba estalló al paso del vehículo que transportaba a los militares italianos y al soldado rumano en una carretera del sudeste de Nasiriya, informó el ministerio de Defensa italiano. La bomba fue puesta en medio de la carretera y mató inmediatamente a dos militares italianos y al soldado rumano. El tercer militar falleció en el hospital. Otro soldado está gravemente herido.
La patrulla se dirigía al centro operativo de las fuerzas de seguridad de la provincia, donde los militares prestaban servicio al lado de la policía local.
El presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, manifestó su «conmoción e inmenso dolor» por el atentado, el mismo tono usado por Prodi y Berlusconi, quienes expresaron su «profundo dolor». «Esta tragedia afecta a toda Italia», agregó Prodi, cuyos aliados protestaron enérgicamente contra la guerra en Irak.
El Papa Benedicto XVI manifestó también su «gran dolor» por el atentado y recordó «la contribución generosa y desinteresada» de las tropas internacionales «a favor de la paz y la libertad de ese país».
Italia desplegó 3.000 militares a Irak en junio del 2003 y retiró recientemente 300 soldados, según un plan gradual de retirada decidido por el gobierno de Berlusconi.
Las «brigadas Imam Hussein», consideradas como un grupo extremista islámico cercano al líder de la agrupación Al-Qaeda en Irak, Abu Mussab Al-Zarqaui y el «Ejército islámico» reivindicaron ayer jueves el sangriento atentado.
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