TW
0

EFE-WASHINGTON
Zacarias Moussaoui, el único acusado en EEUU por los atentados del 11-S, fue condenado ayer a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por un jurado de Alexandria (Virginia) después de siete días de deliberaciones.

El jurado, que ya le había declarado culpable, tenía que decidir ahora entre una condena a pena de muerte, tal y como había pedido la acusación, o una a cadena perpetua, como había solicitado la defensa.

Para condenar a alguien a la pena de muerte se necesita un veredicto unánime y en este caso no lo fue.

Moussaoui, de 37 años y nacionalidad francesa, aunque de origen marroquí, fue detenido en agosto del 2001, días antes de los atentados del 11 de septiembre, por infracciones a las leyes de inmigración. Posteriormente, fue inculpado por su implicación indirecta en los atentados más sangrientos de la historia de EEUU, que causaron la muerte de cerca de 3.000 personas en las Torres Gemelas de Nueva York, el Pentágono y un campo de Pensilvania.

El veredicto final llega tras cuatro años de procedimientos legales y un juicio para decidir la sentencia de seis semanas de duración.

La defensa había sostenido en sus argumentos finales que Moussaoui debía ser sentenciado a cadena perpetua para evitar darle la satisfacción de convertirse en un mártir, como parece que ha sido su intención a lo largo del proceso. Por su parte, la acusación había pedido la pena capital con el argumento de que no hay sitio en el mundo para una persona como él.