Los militares españoles llegaron a la base de Herat (oeste de Afganistán) para reforzar la seguridad en una zona donde han aumentado considerablemente los incidentes violentos, como el que se produjo el viernes y que se saldó con la muerte de los dos ocupantes de un vehículo de UNICEF, la Agencia de Naciones Unidas para la Educación y la Infancia que trabaja sobre el terreno desde hace años.
Los recién llegados pertenecen a dos secciones de fusileros del Tercio «Juan de Austria» de La Legión, un equipo de desactivación de explosivos de la Fuerza de Maniobra del Ejército de Tierra y un grupo de estabilización médica.
Su misión es reforzar al contingente desplegado en Qala i Naw, localidad de la provincia de Badghis (también en el oeste de Afganistán) donde España lidera una Unidad de Reconstrucción Provincial (PRT).
En el oeste de Afganistán, antes bastante tranquilo, han ocurrido últimamente varios incidentes violentos que hasta ahora no han afectado de forma destacable a las tropas españolas, a diferencia de lo que ha ocurrido con los soldados italianos.
El pasado 16 de abril un grupo de legionarios españoles se vio obligado a repeler un ataque al sur de la base de Herat pero no se produjeron lesiones, mientras las tropas italianas han sufrido tres atentados en los últimos meses.
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