Soldados estadounidenses inspeccionan el lugar donde hizo explosión un coche bomba, en Mosul.

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AGENCIAS-BAGDAD
El primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, declaró ayer estado de emergencia durante un mes en Basora, una ciudad rica en petróleo que está atrapada por una lucha de poder entre facciones chiítas. «Hemos ordenado a la unidad del ejército (en Basora) que se despliegue en las calles», dijo Maliki a periodistas en la segunda ciudad de Irak después de anunciar la medida. «Esperamos que después de este mes regresemos a Basora y veamos que la situación ha mejorado mucho», agregó. Las fuerzas iraquíes patrullarán Basora día y noche, buscarán armas e instalarán puestos de control, dijo una fuente del gobierno.

Aún no estaba claro si las tropas británicas que patrullan el sur de Irak, principalmente chiíta, incluyendo Basora, jugarían algún papel en el operativo de seguridad. Basora, cuyo petróleo equivale a casi todos los ingresos del estado de Irak, es un gran premio para todos los partidos. Haciendo hincapié en que Basora es vital para el país, Maliki se dirigió en la mañana a los líderes locales en un discurso que fue transmitido en vivo por televisión. «Golpearemos con puño de hierro a los líderes de las bandas que están manipulando la seguridad (...) La seguridad es lo primero, lo segundo y lo tercero. Esto debe ser dicho», sostuvo.

Maliki, quien asumió el cargo el 20 de mayo prometiendo gobernar en medio de la violencia que afecta a Irak, también anunció la formación de un comité de seguridad de cuatro personas para lidiar con la situación durante el estado de emergencia. La seguridad empeoró seriamente en Basora durante el último año, mientras facciones rivales de la mayoría chiíta luchan por una cuota del poder entregado a los chiítas después de que Estados Unidos derrocó al gobierno sunita de Saddam Hussein.