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AGENCIAS-DILI
El ministro de Asuntos Exteriores y Defensa de Timor Oriental, José Ramos-Horta, consideró ayer que será necesaria la presencia de una fuerza de Policía dirigida por la ONU en el país durante al menos dos años para ayudar a restaurar la estabilidad, después de la ola de violencia en la que éste se ha visto sumido a raíz de la destitución de 600 militares del Ejército.

Según Ramos-Horta, se ha producido una «ruptura absoluta» en la cadena de mando de la Policía timorense y harán falta meses para reorganizar las fuerzas de seguridad bajo los auspicios de la ONU. «Podrían pasar dos o tres meses antes de que veamos un mando unificado de la ONU de una fuerza de policía internacional desplegada en Timor Oriental», afirmó.

Asimismo, en declaraciones a los medios, precisó que Naciones Unidas comenzará a discutir sobre la composición y tamaño de esta fuerza policial a partir de la próxima semana y que podría ser desplegada en un plazo de dos o tres meses.

En la actualidad se encuentran desplegados en el país varios cientos de soldados y policías de Australia, Nueva Zelanda, Malasia y Portugal, después de que el presidente timorense, Xanana Gusmao, pidiera su envío ante el caos en que se había visto sumido el país, en especial la capital, Dili. La destitución de los 600 militares provocó enfrentamientos con las fuerzas regulares que han dejado al menos 30 muertos. La capital ha sido tomada ahora por bandas de jóvenes armados con machetes que saquean y prenden fuego edificios.

Según indicó Ramos-Horta, la ONU encabezará la investigación sobre algunos de los últimos incidentes.