Indumentaria y enseres facilitados a los presos islamistas en la cárcel de la base naval de Guantánamo.

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EFE-WASHINGTON
El suicidio de tres de los cientos de prisioneros en Guantánamo atrajo nuevamente la atención sobre la prisión cuya clausura han pedido las Naciones Unidas, y 'preocupa' al presidente George W. Bush, según el portavoz de la Casa Blanca.

Los suicidios «reflejan la desesperación por una necesidad humana básica», dijo William Goodman, director del Centro para Derechos Constitucionales, un grupo de abogados con sede en Nueva York que ha representado a unos 200 de los cautivos en Guantánamo. «Es la necesidad por la justicia, la necesidad de que alguien escuche lo que ellos tienen que decir», agregó Goodman.

El sábado, un día después de que el mismo Bush reiterase que él deseaba cerrar ese campo de prisioneros en la base naval estadounidense en la isla de Cuba, dos saudíes y un yemení se ahorcaron en sus celdas con tiras hechas de sábanas y ropas.

«El presidente expresó su grave preocupación», por la muerte de los tres supuestos terroristas, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, quien añadió que EEUU se mantiene en comunicación diplomática con los gobiernos de Arabia Saudí y Yemen.

Aunque la administración Bush ha hecho desde ayer todos los gestos para mostrar respeto por los muertos -insistiendo en que sus restos sean tratados de acuerdo a las tradiciones musulmanaslos portavoces del Pentágono dieron una evaluación diferente de las muertes.

El jefe del Campo 1 en Guantánamo, el contraalmirante Harry Harris, dijo que «los prisioneros son listos y están muy comprometidos con su causa».

«Esos individuos no tienen consideración por la vida, ni la nuestra ni la suya propia», afirmó. Los suicidios «no fueron un acto de desesperación sino, más bien un acto de guerra asimétrica contra nosotros».

Desde que comenzaron a llegar los primeros cautivos a Guantánamo a fines de 2001, más de 700 hombres han sido llevados ahí. Actualmente quedan 462 prisioneros, y por lo menos 25 de ellos han hecho más de 40 intentos de suicidio.

El general John Craddock, jefe del Comando Sur Conjunto bajo cuya jurisdicción está la base naval en la bahía de Guantánamo, sostuvo que los cautivos «son elementos resueltos, inteligentes y comprometidos y continúan haciendo todo lo que pueden para convertirse en mártires en su guerra santa (yihad)».

El presidente Bush señaló ayer que EEUU coopera con otros Gobiernos para repatriar a algunos de los prisioneros de la base naval de Guantánamo, «pero hay algunos que si se dejasen en las calles podrían ocasionar gran daño a los ciudadanos estadounidenses y a otros ciudadanos del mundo y, en consecuencia, deberían ser juzgados aquí, en la clase de tribunales de Estados Unidos donde decida Tribunal Supremo.