Dos soldados japoneses conversan con un policía iraquí y un civil en la ciudad de Samawa.

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AGENCIAS-TOKIO//WASHINGTON
El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, anunció ayer la retirada de las tropas niponas desplegadas en el sur de Irak, pero indicó que Japón seguirá prestando ayuda logística a Estados Unidos y sus aliados. En una rueda de prensa televisada, Koizumi explicó que la decisión de retirar las tropas ha sido consensuada con Estados Unidos, Reino Unido, Australia y el resto de países que intervienen en la campaña iraquí.

Japón tiene cerca de 600 militares en Samawa, en la provincia meridional iraquí de Muthana, dedicados a labores de reconstrucción y con la prohibición expresa (por la Constitución pacifista del país) de participar en acciones bélicas. No obstante, ha sido la mayor operación militar desplegada por Japón fuera de su territorio desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

«El Gobierno japonés decidió ayer que replegará las tropas de las Fuerzas de Auto Defensa (como se conoce en Japón al Ejército) que han estado implicadas en actividades humanitarias y reconstrucción en Samawa, Irak, desde principios de 2004», dijo el primer ministro. Inmediatamente tras el anuncio de Koizumi, el director general de la Agencia de Defensa de Japón, Fukushiro Nukaga, ordenó la retirada de las tropas, que podría completarse en julio.

«Estoy satisfecho de que, en los pasados dos años y medio, un total de 5.500 miembros de las Fuerzas de Auto Defensa hayan sido capaces de llevar a cabo sin problemas su misión de ayudar a la reconstrucción de Irak», dijo Nukaga en una rueda de prensa.

Koizumi recordó que el nuevo Gobierno iraquí ha obtenido ya las competencias de seguridad militar correspondientes a la provincia de Muthana, lo que cambia de raíz la situación de las fuerzas extranjeras allí estacionadas.

Pese a la retirada, el primer ministro dejó claro que Japón seguirá manteniendo su apoyo logístico con vuelos de transporte de tropas y mercancías que prestan los tres aviones C-130 y los 200 militares de las fuerzas aéreas niponas con base en Kuwait.

Por su parte, el Departamento de Defensa de EEUU informó ayer de que los dos cuerpos hallados cerca de una estación de energía en Yusefiya pertenecen a los dos soldados desaparecidos después de que su patrulla resultara atacada el viernes pasado. En una rueda de prensa desde Bagdad retransmitida a la prensa en Washington, un portavoz militar, el general William Caldwell, indicó que en la noche del lunes supieron que los cuerpos encontrados eran los de Kristian Menchaca, de 23 años, y Thomas Tucker, de 25. El portavoz no quiso confirmar si, como había afirmado horas antes un representante del Ministerio de Defensa iraquí, los cuerpos mostraban señales de tortura.

La confirmación del Pentágono se producía después de que se difundiera por Internet un comunicado en el que se afirmaba que el nuevo líder de Al Qaeda en Irak «cortó las gargantas» de los dos soldados. «Dios todopoderoso ha bendecido al líder Abú Hamza al-Muhajir (...) con la aplicación de la sentencia», dijo el Consejo Shura Mujaidín, una organización que reúne a varios grupos insurgentes, liderada por Al Qaeda.