Así lo informaron hoy altos mandos de ese departamento, que hablaron en una reunión con periodistas bajo condición de anonimato, y que precisaron que de Irán es de donde procedía la mayor parte de los fondos que miembros del gabinete de Hamás introdujeron recientemente en Gaza, a través del paso fronterizo de Rafah.
Según estas fuentes, el movimiento islamista Hamás siempre tuvo contactos con Irán, concretamente con el Ministerio de Inteligencia y Seguridad y con la Guardia Revolucionaria, que «proporcionan a las organizaciones terroristas palestinas equipos, armas, entrenamiento o dinero». El entrenamiento se lleva a cabo en Irán o en Líbano.
Sin embargo, mientras la Yihad Islámica palestina «depende totalmente de Irán», la relación entre Hamás y Teherán siempre ha sido de cierta rivalidad por ser los unos suníes y los otros chiíes.
Hamás, hasta hace poco, trató de mantener su independencia económica, pero, desde su llegada al Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), la relación con Irán se ha estrechado porque el movimiento palestino «necesita legitimidad y dinero», afirmaron.
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