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EFE-KABUL
El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, reclamó ayer un nuevo enfoque en la lucha antiterrorista y evidenció su frustración con la forma en que las tropas extranjeras están combatiendo a la insurgencia talibán, crecida en el sur del país.

La reclamación del presidente afgano no es nueva, pero sí lo es la insistencia, el momento elegido y el tono utilizado, que revelan su creciente frustración por la imposibilidad de atajar la violencia en su país, que ha causado mil muertos en lo que va de año. Precisamente, el próximo mes de octubre se cumplirán cinco años de la caída del régimen talibán.

Karzai insistió en que hay que atajar «las fuentes» del terrorismo y alegó que su país ya «no puede tolerar» tantas víctimas mortales y tanto «sufrimiento», ante la violencia prácticamente diaria que vive Afganistán.

«No es aceptable para nosotros que, en esta lucha, estén muriendo afganos», apuntó. «Existe la necesidad por parte de la comunidad internacional de un nuevo enfoque en la guerra contra el terrorismo», agregó.

«Seiscientas personas han muerto en las últimas dos semanas en el sur de Afganistán y, aunque la mayoría de ellos eran talibanes, también son hijos de este país», aseguró el presidente afgano.

«Hemos tenido suficientes enfrentamientos durante años. Afganistán no debe ser el único sitio donde se luche contra el terrorismo; debemos ir a los lugares donde consiguen el dinero, donde son entrenados y donde logran su motivación», dijo Karzai. «Queremos que esto acabe», concluyó el presidente afgano en tono firme.