Un grupo de milicianos, pertenecientes al movimiento islámico Hamás, a los Comités Populares de la Resistencia y a un grupo denominado «Ejército Islámico», logró llegar hasta la base mediante un túnel de unos 250 metros cavado desde el sur de Gaza.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, celebró ayer por la tarde en Tel Aviv una reunión con altos mandos del Ejército para estudiar los pasos a seguir tras el secuestro del soldado. Olmert también convocó a los miembros del gabinete reducido para Asuntos de Seguridad, de donde suelen salir las decisiones del gobierno israelí sobre «operaciones militares de envergadura».
Durante las reuniones, el mandatario israelí ha prohibido a todos los funcionarios de su Gobierno que mantengan contactos con los palestinos para la liberación del soldado secuestrado, que ha sido identificado como Guilad Shalit, de 19 años.
Fuentes militares informaron de que el soldado logró sobrevivir el ataque contra el tanque en el que viajaba, en el que murió uno de sus compañeros y otro resultó gravemente herido, y fue obligado a abandonar la zona por su propio pie.
El secuestro del soldado siguió a un ataque a primeras horas de la mañana contra la base de Telem, situada a pocos metros del límite fronterizo con el sur de la franja de Gaza.
En el ataque murieron dos soldados israelíes, dos milicianos palestinos y al menos otros seis militares resultaron heridos de diversa consideración.
Un portavoz de los Comités Populares de la Resistencia dijo a una emisora palestina que el soldado secuestrado está herido en el abdomen y en un hombro, pero que se encuentra en situación estable.
Israel ha responsabilizado a Hamás y al presidente palestino, Abás, tanto del ataque de ayer como de la suerte que pueda correr el soldado.
Por su parte Abás ha responsabilizado al movimiento islámico Hamás de la vida del soldado israelí y de lo que pueda ocurrir en Gaza si éste no es devuelto a Israel, según informa el diario israelí 'Haáretz' en su edición electrónica.
En conversaciones telefónicas con los dirigentes del movimiento en Gaza y Damasco, el presidente palestino expresó su protesta por la incursión.
Según el diario, Abás puso en tela de juicio que la operación hubiera podido llevarse a cabo sin el conocimiento de los dirigentes políticos y militares del movimiento islámico, ya que su brazo armado ha reivindicado la autoría.
Ante el temor de una operación israelí de represalia, el dirigente palestino habló también por teléfono con dirigentes árabes de la región y europeos para pedirles que presionen a Israel para que se abstenga de lanzar cualquier operación que empeore las cosas en las región.
El ataque palestino fue seguido por la primera incursión militar de envergadura en la franja de Gaza desde que Israel abandonara ese territorio el pasado verano.
Fuerzas blindadas israelíes, apoyadas por unidades especiales y helicópteros, se adentraron en el sur de Gaza, donde peinan la zona para dar con el paradero del soldado desaparecido. Ninguna fuente militar hebrea quiso señalar hasta cuándo durará la operación.
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