Varios palestinos, junto a uno de los puentes destruidos por la aviación israelí en la franja de Gaza.

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AGENCIAS-GAZA
Los tanques volvieron a tomar la Franja de Gaza en la madrugada de ayer en la mayor operación militar del Ejército de Israel desde la retirada de esta región de la Palestina ocupada hace diez meses.

«No dudaremos en llevar a cabo una acción extrema para juntar a Gilad Shalit con su familia», declaró Olmert, al tiempo que anunció que todas las actividades militares que comenzaron esta madrugada continuarán en los próximos días mientras se mantega al soldado secuestrado, aunque «no pretendemos reocupar Gaza, sólo tenemos un objetivo, llevar a Gilat a su casa».

Ante el fracaso que por el momento han obtenido las labores de búsqueda del soldado secuestrado el pasado fin de semana, el Gobierno del primer ministro Ehud Olmert declaró al líder supremo de Hamás, Jaled Mashal, -actualmente exiliado en Damasco (Siria)- como «objetivo» de su campaña de asesinatos selectivos.

El primer ministro israelí reiteró además que no negociará por la liberación de Shalit y advirtió que su Gobierno hace responsable tanto al Gobierno de Hamas como al líder supremo de la facción palestina de la situación.

El destino de Shalit, un conscripto de 19 años, ha paralizado a Israel. La última vez que militantes palestinos secuestraron a un soldado fue en 1994. El soldado murió durante un intento de rescate. Iniciando la ofensiva, aviones de combate israelíes atacaron varios puentes y el ejército afirmó que era un intento para evitar que los militantes trasladaran al soldado cautivo. La ofensiva israelí, mientras tanto, continúa. Tanques y todoterrenos militares israelíes entraron en la tarde en la ciudad cisjordana de Ramala, donde las principales oficinas del movimiento Al Fatah han sido rodeadas por tropas israelíes, informaron testigos presenciales.