Aspecto de uno de los trenes siniestrados en la estación de Bombay.

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EFE-NUEVA DELHI
Al menos 163 personas murieron y otras 464 resultaron heridas a causa de la explosión de siete bombas en otros tantos trenes y estaciones de Bombay, la capital económica de la India, sin que de momento ningún grupo terrorista se haya responsabilizado de esta acción. No obstante, la secuencia y aparentemente el «modus operandi» de los atentados de Bombay se asemejan a los perpetrados en Londres el 7 de julio de 2005 o a los cometidos en Madrid el 11 de marzo de 2004, de los que se responsabilizó Al Qaeda.

Al parecer, todas las bombas estallaronr activadas por un temporizador, en zonas a las afueras de Bombay que estaban abarrotadas de trabajadores en el momento en que regresaban a sus hogares tras la jornada laboral, informaron las cadenas de televisión indias.

Los atentados se produjeron con una diferencia de media hora, sobre las 18.00 locales, en plena hora punta, en vagones de primera clase de trenes suburbanos de la línea oeste de Bombay. En una declaración leída por el titular de Interior, el primer ministro indio, Manmohan Singh, indicó que estos atentados son «unos actos cobardes» y «un intento de hacer cundir el miedo entre los ciudadanos».

Al tiempo, condenó con firmeza estos actos «malvados» y reafirmó el compromiso de su gobierno para «luchar contra el terrorismo en todas sus formas».

Las autoridades han declarado el estado de alerta en todo el país, medida que se hace extensiva a los aeropuertos, donde se han extremado los mecanismos de seguridad.

En Bombay se ha reforzado la seguridad en estaciones de tren y autobús, cines, mercados y otros lugares públicos.

En la capital de la India, Nueva Delhi, se ha incrementado la presencia policial en las principales zonas, con la instalación de puestos de control en las calles y en lugares clave.