Aspecto de la estación de trenes de Haifa donde un misil impactó causando siete muertos y varios heridos.

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EFE-JERUSALÉN
El Gobierno de Israel sigue decidido a continuar luchando por lograr la salida de Hezbolá del sur del Líbano, aunque admite que la solución al conflicto puede acabar siendo diplomática.

Así lo han señalado fuentes diplomáticas israelíes, en línea con lo que horas antes había afirmado el ministro de Defensa de Israel, Amir Peretz, quien manifestó que la ofensiva lanzada contra el Líbano continuará.

«Pensamos actuar con el mensaje que hemos recibido de la población israelí, que es que si la campaña ha empezado, tenemos que terminarla», dijo Peretz en una comparecencia de prensa celebrada en Haifa, ciudad en la que murieron ocho israelíes por el impacto de un misil lanzado desde el Líbano.

El titular de Defensa agregó que el objetivo de Israel es hacer desaparecer a la milicia de Hizbulá de la zona fronteriza, bien por la vía armada o la diplomática.

Ante el agravamiento progresivo de la situación en Oriente Medio, los líderes de los ocho países más poderosos del mundo, el Grupo de los Ocho (G8) -EEUU, Rusia, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Japón y Canadá- aprobaron una declaración que pide a Israel, a los palestinos y a la milicia Hizbulá que suspendan sus operaciones militares.

Exhorta además a las partes a que liberen, por un lado, a los soldados capturados, y por otro, a los ministros y parlamentarios palestinos detenidos por Israel.

Todos ello es necesario, según los líderes del G8, para poner fin a la escalada de violencia en Oriente Medio.