Los carteles de bienvenida a ciudades libanesas prologan ahora sus casas derribadas por la aviación hebrea.

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AGENCIAS-JERUSALÉN
El Gobierno israelí decidió ayer dar luz verde a la ampliación de sus operaciones terrestres en territorio libanés, autorizando al Ejército a penetrar hasta 30 kilómetros de la frontera, a la altura del río Litani, donde continúan los combates con Hezbolá, en la mayoría de los casos cuerpo a cuerpo, y que están costando a Israel un importante e inesperado número de bajas entre sus soldados.

Mientras, el Ejército israelí atacó el mayor campamento de refugiados palestinos de Líbano, terminando con la vida de al menos dos personas e hiriendo a otras cinco, según señalaron fuentes oficiales hebreas. Finalmente, siete personas, seis de ellas miembros de una misma familia, fallecieron en una incursión israelí en el valle Bekaa.

El Gabinete de Seguridad israelí aprobó la ampliación de la ofensiva militar terrestre en el sur de Líbano, que se espera durará 30 días, en un nuevo intento por acabar con Hezbolá. En la actualidad, unos 10.000 soldados se enfrentan con los milicianos de Hezbolá en una franja de 6 kilómetros en la frontera.

La guerra entre Israel y Hezbolá entró ayer en su quinta semana con más de un millar de muertos a sus espaldas, la mayoría civiles. En la jornada perdieron la vida 11 soldados israelíes en enfrentamientos con Hezbolá cerca de la frontera en el sur de Líbano, según la cadena qatarí de televisión Al Yazira.

El Consejo de Seguridad de la ONU continúa esperando un borrador de resolución que votar, dadas las discrepancias que los países árabes, en nombre del Líbano, presentaron ayer ante el organismo, y que subrayaron lo inaceptable del documento presentado el pasado sábado por Estados Unidos y Francia.

Un día después de la reunión con los representantes de los países árabes las discrepancias han surgido ahora entre los dos patrocinadores de la resolución que tiene como objetivo alcanzar un alto el fuego que ponga fin a las hostilidades. Mientras que Estados Unidos se resiste a presionar a sus aliados israelíes para forzar la retirada de las tropas y considera aún válido el documento presentado el sábado y avalado por el presidente, George W. Bush, Francia se ha mostrado partidaria de tener en cuenta las objeciones presentadas por los países árabes.

Muy escéptico se mostró el primer ministro libanés, Fuad Siniora, quien aseguró que no se ha hecho ningún progreso para poner fin a las semanas de enfrentamientos, añadiendo que no espera una acción por parte de la ONU en los dos próximos días.

Mientras, el presidente francés, Jacques Chirac, consideró ayer que abandonar los esfuerzos para garantizar un alto el fuego inmediato en Líbano sería la respuesta «más inmoral» posible por parte de la comunidad internacional.

Asimismo, criticó implícitamente las reservas estadounidenses sobre reclamar un cese inmediato de las hostilidades. «La más inmoral de las soluciones sería aceptar la situación actual y abandonar un alto el fuego inmediato», afirmó el presidente francés, tras el encuentro con el primer ministro, Dominique de Villepin, el ministro de Exteriores, Philippe Douste-Blazy, y la de Defensa, Michelle Alliot-Marie, para abordar la situación en Líbano.