Después de realizar una ofrenda floral en Nueva York, el presidente estadounidense viajó a Shanksville y al Pentágono para depositar otras dos coronas de flores. Los actos de Bush concluyeron con un discurso a la nación en horario de máxima audiencia desde la Casa Blanca. En una entrevista emitida esta mañana por la cadena NBC, Bush afirmó que «a largo plazo debemos derrotar una ideología de odio con nuestra ideología de esperanza».
Otro momento de silencio se cumplió a las 9:03, 15:03 hora española, cuando el segundo avión chocó contra la torre sur. Los familiares contemplaron sombriamente la ceremonia en la que se leían los nombres de los fallecidos o sollozaban. Algunos sostenían carteles: «Siempre estarás con nosotros», «Nunca olvidaremos».
«Cinco años han pasado, cinco años se han ido, y seguimos unidos sólidamente», dijo el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg. «Regresamos a este lugar para recordar este triste aniversario y a cada persona que murió aquí, a quienes eran conocidos y a quienes no eran conocidos, cuya ausencia siempre nos acompaña», agregó.
Poco antes, el presidente George W. Bush, taza de café en mano, compartía momentos con bomberos y policías que fueron ese día los primeros en acudir al lugar del siniestro. Estos profesionales fueron una vez más homenajeados por su entrega y dedicación en el momento de los ataques.
Bush, a quien acompañaba su esposa, Laura, se detuvo después frente a una puerta rescatada de un camión de bomberos que quedó destruido ese trágico día. Encima había una bandera a media asta. El grupo guardó dos momentos de silencio, uno a las 8:46 de la mañana, y el otro a las 9:03, señalando los instantes en que dos aviones se estrellaron contra las torres del WTC. Minutos más tarde, el rabino Joseph Patesnick leyó un pasaje del Deuteronomio. «Escoged la vida amando a Dios y acatando sus mandamientos», leyó.
En el Pentágono, el vicepresidente Dick Cheney y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, presidieron una ceremonia sobria para recordar a los 184 muertos del vuelo 77 de American Airlines, estrellado contra la sede de la Secretaría de Defensa estadounidense. Cheney y Rumsfeld guardaron un minuto de silencio a las 9:37, 15:37 hora española, para recordar el momento en que el avión impactó en el edificio. Por último, en Shanksville, Pensilvania, en un día gris y con fuerte viento, varios familiares de las víctimas acudieron al lugar donde se estrelló el cuarto avión y recordaron a los fallecidos en un monumento improvisado. «Esto demuestra que la gente no olvida», afirmó Larry Antonio, quien acudió al lugar con su esposa Barbara para conmemorar el aniversario de los ataques.
El vuelo 93 se dirigía de San Francisco a Newark, Nueva Jersey, con 33 pasajeros y siete tripulantes a bordo, cuando fue asaltado en vuelo. Hay indicios de que los pasajeros se enteraron de los planes de los secuestradores y lucharon con ellos en la cabina para impedirles concretar su misión.
También la organización terrorista Al Qaeda ha querido recordar el quinto aniversario de sus ataques con un vídeo en el que el lugarteniente de Usama Bin Laden, Ayman Al Zawahiri, apuntó a Israel y a los países del Golfo Pérsico como los próximos objetivos de la red terrorista. Al Zawahiri acusó a los Gobiernos de Siria, Jordania y Arabia Saudí de apoyar la guerra israelí contra Hezbolá en Líbano. Emplazó a los musulmanes a intensificar su resistencia contra Estados Unidos y advirtió de nuevos ataques terroristas.
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