Avanzadilla de las tropas españolas de la FINUL en la playa de Tiro.

TW
0

El Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Félix Sanz Roldán, quien comparecerá ante los portavoces de los grupos parlamentarios del Congreso el 26 de septiembre para explicar los detalles de la misión, expresó ayer su confianza en que los militares la desarrollen «con éxito» y la calificó de «pura de 'cascos azules'» ya que «no es más ni menos» que las que España ha mandado al extranjero en los últimos 14 años bajo bandera de Naciones Unidas.

Además, subrayó que la zona bajo mando español «no es ni mejor ni peor» que la franco-italiana del oeste y que los objetivos son supervisar el cese de hostilidades, dar asistencia y ayuda humanitaria a la población libanesa, apoyar y asistir al Gobierno libanés, mantener segura la zona asignada y realizar controles en las fronteras evitando el contrabando de armas.

La zona de la brigada multinacional que dirigirá España en el sureste de Líbano se encuentra a 3.500 kilómetros de Madrid, indicó Sanz Roldán, quien abordó a continuación los riesgos de la misión. «La amenaza será de tipo asimétrico y no es superior a otras ya asumidas en los pasados 14 años» en otras misiones de 'cascos azules' en los que hubo soldados españoles. «El Estado Mayor de la Defensa no ve un riesgo nuevo o diferente», insistió.

En la primera fase del despliegue español, el batallón quedará encuadrado entre los de la India y Ghana. A partir del 1 de noviembre, la brigada multinacional quedará liderada por España con 4 batallones de infantería, dos de refuerzo y uno para «bascular» de un punto a otro en función de las necesidades específicas.

Respecto a la cadena de mando, seguirán dependiendo orgánicamente de la ONU como hasta ahora en la FINUL aunque se introduce una oficina de planteamiento estratégico entre el órgano político de dirección y el Cuartel General de la FINUL, en Naqura (sur del Líbano). El JEMAD anunció en este punto que el jefe de operaciones de la FINUL será el coronel español Àlvaro de la Peña Cuesta.

Las reglas de enfrentamiento han sido adaptadas «a la misión, a la situación y a los riesgos», quedando como posibilidad una «evolución» en función de los acontecimientos y el devenir de la misión, indicó Sanz Roldán, quien resaltó que estas reglas se hayan «negociado», a diferencia de otras ocasiones, con los países de la región.