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EFE-NACIONES UNIDAS
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, combinó un mensaje de apoyo a la moderación en Oriente Medio con unas duras palabras contra el régimen iraní, al que acusó de apoyar el terrorismo y procurar armas nucleares. Bush fue recibido con tibios aplausos en su exposición ante la 61 Asamblea General de la ONU, en donde presentó una visión idílica de un futuro Oriente Medio liderado por las fuerzas moderadas y «donde los extremistas quedarán marginados».

Esa visión, afirmó, se materializará mediante el apoyo de la comunidad internacional a procesos democráticos como los incipientes que viven Afganistán, Líbano o Irak.

«Desde Beirut a Bagdad, la gente está eligiendo la libertad, y la gente en esta Asamblea también debe hacer una elección» entre la moderación y el extremismo.

Sin embargo, también envió un mensaje de calma al mundo musulmán y aseguró que EEUU, «pese a lo que les dicen los extremistas», no se encuentra en guerra contra el Islam. «Respetamos el Islam», insistió.

En un repaso a la situación en Oriente Medio, el mandatario tuvo también, como había anunciado en los últimos días, duras palabras contra el régimen iraní.

En un llamamiento a la población iraní, Bush aseguró que «merecen» decidir su propio futuro.

«El gran obstáculo es que sus mandatarios han elegido negarles la libertad y usar los recursos de su país para patrocinar el terrorismo y buscar la fabricación de armamento nuclear», opinó.

Estados Unidos, aseguró, «no tiene ningún problema con la existencia de un programa nuclear con fines pacíficos» pero la República Islámica no debe perseguir fines militares.

El Gobierno estadounidense considera que el programa nuclear de Irán tiene fines militares, mientras que Teherán asegura que sólo pretende producir energía eléctrica.

Washington reclama que Irán suspenda de manera «verificable» su enriquecimiento de uranio, a cambio de lo cual ofrece su participación en negociaciones sobre el futuro a largo plazo de ese programa atómico.

«Queremos una solución pacífica a esta crisis», aseguró el presidente estadounidense.

Bush ha acusado en los últimos días al Gobierno que preside Mahmud Ahmadineyad de «arrastrar los pies» a la hora de dar una respuesta, con la esperanza de ganar tiempo mientras prosigue sus actividades nucleares. El asunto había salido ya a relucir en la reunión bilateral que durante una hora mantuvieron el presidente estadounidense y su colega francés, Jacques Chirac. Al término de esa reunión, Bush aseguró que si Irán no «mueve ficha», planteará ante la ONU la imposición de sanciones económicas contra la República Islámica. «Ha llegado el momento de que los iraníes se sienten a la mesa de negociaciones. El tiempo es esencial», insistió.