George Bush, junto a la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, durante un acto en Washington.

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AGENCIAS-WASHINGTON/MÉXICO
El Senado de EEUU aprobó ayer con 80 votos a favor y 19 en contra la construcción de un muro doble en la frontera con México para atajar el flujo de inmigrantes indocumentados.

Previamente, la Cámara Baja había aprobado asignar una partida de 1.200 millones de dólares para construir ese muro del presupuesto de 34.800 millones de dólares destinados a programas de seguridad nacional durante el año fiscal 2007, que empezará el próximo domingo. Tras la aprobación por parte del Senado, la ley será enviada al presidente estadounidense, George W. Bush, para su promulgación.

Algunos líderes demócratas como el senador Edward Kennedy, reiteraron que la edificación de esa valla doble «será un desperdicio del dinero de los contribuyentes» y que se tiene la certeza de que el flujo de indocumentados continuará a pesar de los nuevos obstáculos que se les impongan. La medida, aprobada por la Cámara de Representantes el pasado 14 de septiembre con 283 votos a favor y 138 en contra, fue sometida a votación por el Senado después de decidir el jueves la limitación del debate sobre esta ley.

Tras una serie de consultas entre demócratas y republicanos que duraron gran parte del día, el Senado dio luz verde a la construcción de un muro doble de 1.226 kilómetros de longitud en la frontera con México, que tendrá un costo de cerca de 2.000 millones de dólares (1.600 millones de euros).

La vigilancia se reforzará en las zonas fronterizas de California, Arizona, Nuevo México y Texas. La decisión ha sido aplaudida por el secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, porque en su opinión contribuye a fortalecer la seguridad estadounidense, pero es rechazada por grupos de defensa de los derechos humanos.

La construcción del muro en la frontera sur, es una de las medidas contra la inmigración ilegal que han provocado divisiones en las filas republicanas en el Congreso. El Congreso reanudará una breve sesión transitoria después de las elecciones legislativas del próximo 7 de noviembre, por lo que la reforma migratoria tendrá que esperar hasta el próximo año.

Por su parte, México lo considera «un agravio entre naciones», y como último intento para evitarlo la cancillería mexicana enviará una nota de protesta al presidente Bush.

México, dijo el canciller Luis Ernesto Derbez, intentará disuadir a Bush para que no firme la ley que lanzaría la construcción de la valla, cuya financiación no está garantizada, ya que los congresistas sólo aprobaron 1.200 millones de los 6.000 millones de dólares necesarios.