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EFE-TIFLIS
Rusia suspendió ayer la retirada de sus bases en Georgia y concentró tropas en la frontera común en respuesta a la detención de cuatro de sus militares en Tiflis, cuyo Gobierno ha pedido apoyo a Occidente en este conflicto diplomático con Moscú. El Ministerio ruso de Defensa anunció que suspende la retirada de las dos bases militares de Georgia tras la detención de cuatro altos oficiales rusos acusados de espionaje, ya ingresados en prisión preventiva. «Se debe a la falta de seguridad de nuestras tropas en el proceso de retirada por territorio georgiano», dijo el comandante de la Región Militar del Cáucaso Norte, general Alexandr Baránov.

La detención, el pasado miércoles, de los cuatro presuntos espías militares rusos ha provocado una grave crisis diplomática entre Georgia y Rusia, que ha llamado a consultas a su embajador y evacúa al personal de la legación.

El comandante de las tropas rusas en el Cáucaso, general Andréi Popóv, ya advirtió que el incidente hace «problemática» la retirada de las bases de Batumi y Ajalkalaki, que Moscú se comprometió a evacuar para 2008. Baránov anunció que Defensa ha puesto en estado de alerta los contingentes de ambas bases y ha ordenado «impedir la penetración de ajenos en su territorio, aunque haya que emplear la fuerza».

Entre tanto, el ministerio georgiano de Exteriores denunció que Rusia concentra tropas en la frontera para poner en marcha ejercicios militares terrestres y maniobras navales en el mar Negro frente a los puertos de Batumi, Poti y Supsa. La Cancillería señaló que estas medidas afectan a la navegación y los intereses económicos de Georgia, y pidió a Moscú que «renuncie a tal demostración de fuerza, aérea, naval y terrestre, que puede ser vista como una acción dirigida contra el Estado georgiano».

El presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili explicó su visión del conflicto a la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice y al presidente de la OSCE, Karel de Gucht.