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EFE-BUDAPEST
La conmemoración del 50 aniversario de la revolución popular contra las tropas soviéticas en Hungría fue acompañada ayer en Budapest por varias manifestaciones contra el gobierno del socialdemócrata Ferenc Gyurcsány.

En varios puntos de la capital la policía empleó gases lacrimógenos y cañones de agua con pintura para reconocer a los manifestantes mientras dignatarios de una cincuentena de países asistían a los actos oficiales de esta memorable fecha.

Las protestas antigubernamentales de ayer son la continuación de las empezadas hace más de un mes, cuando se filtró a la prensa que Gyurcsány había mentido sobre la crítica situación del país para ganar las elecciones generales del pasado abril. Efectivos antidisturbios de la policía se hallaban apostados por la tarde en el centro de Budapest, cerca del Parlamento, y dispararon gases lacrimógenos para dispersar a cientos de personas que pedían la dimisión de Gyurcsány.

Por la tarde, helicópteros de la policía sobrevolaban sin cesar la zona donde se habían concentrado unas 3.000 personas para seguir los movimientos de los manifestantes, a los que se instó a abandonar las calles céntricas ya que de lo contrario serían desalojados por las fuerzas del orden.

Entre los manifestantes había también cabezas rapadas, que están generalmente adheridos a grupos políticos de extrema derecha en Hungría.