El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, en el acto de recuerdo a Yaser Arafat en Ramala.

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ESTHER MARTÍN-RAMALA
Unas 30.000 personas participaron ayer en una ceremonia celebrada en la sede gubernamental cisjordana de Ramala, la «Mukata», para conmemorar el segundo aniversario del fallecimiento del padre del nacionalismo palestino, Yaser Arafat.

El recinto de cristal que el año pasado albergaba su tumba ha dado paso este año a una simple lápida cubierta por numerosas coronas de flores, que indica el lugar donde hace dos años fue enterrado el entonces presidente palestino.

Miles de palestinos viajaron en autobuses desde distintos puntos de Cisjordania a Ramala, la capital administrativa de este territorio, para recordar al líder palestino, considerado por muchos como «un padre» y el único capaz de «mantener unido al pueblo».

Numerosos miembros de la juventudes de Al-Fatah, familias enteras y cientos de invitados, entre ellos representantes de las distintas facciones, diplomáticos occidentales y diputados árabes de Israel, quisieron rendir homenaje a Arafat, cuya tumba, al aire libre, se ha convertido en lugar de peregrinación y culto.

Una enorme fotografía del fallecido dirigente adorna un edificio de hormigón en construcción, que formará parte de un santuario-museo de la vida del histórico líder palestino, y que se convertirá en su mausoleo hasta el momento en que -como hubiese sido su deseo- se trasladen sus restos a Jerusalén.

Su sucesor, Mahmud Abás, aseguró en un discurso frente a la multitud de personas que se concentró en la «Mukata» que el nuevo gobierno de unidad nacional estará constituido «hacia fin de mes», y garantizará el levantamiento del boicot internacional.

«Hay avances considerables entre Al-Fatah y Hamás, avances que ayudarán a resolver la crisis política y económica, y a levantar el embargo internacional», afirmó Abás en su alocución.

«Con la ayuda de Dios, veremos la luz a final de mes», agregó.

Abás fue el principal orador de un acto que, a diferencia del año pasado, ha convocado a 30.000 personas, según los organismos de seguridad palestinos, y pese al férreo bloqueo impuesto por Israel a los territorios palestinos tras las últimas amenazas de atentados.

Con todo, la multitudinaria convocatoria de ayer en Ramala es considerada por analistas políticos como una muestra de fuerza de Al-Fatah frente a los islamistas de Hamás y un llamamiento a la unidad nacional.