TW
0

EUROPA PRESS-BAGDAD
La violencia continúa siendo la nota dominante en un Irak cuyo Gobierno se ve cada vez más presionado desde el interior y el exterior. A la incertidumbre por la victoria demócrata en las legislativas estadounidenses se suma el papel cada vez más importantes de las milicias sectarias y partidistas. En distintos atentados perpetrados ayer han fallecido al menos 58 personas, el más importante de los cuales estaba dirigido contra un centro de reclutamiento de la policía iraquí, un doble ataque suicida en el que murieron al menos 35 aspirantes a policía.

Multitud de futuros reclutas se apiñaban en el exterior del centro de reclutamiento, situado en la Plaza Nissur, al oeste de Bagdad, cuando los suicidas detonaron las bombas que llevaban adosadas. La detonación tuvo lugar exactamente a las 10:00 (8:00 hora peninsular española), según explicó el teniente de la policía Maitham Abdul Razaq.

Mientras, varias patrullas militares participan en las labores de búsqueda de los 50 chiíes presuntamente secuestrados por un escuadrón de la muerte suní. Los suníes montaron un falso control en una autopista cercana a Latifiya y asesinaron a diez personas antes de secuestrar al resto.

A este respecto, un parlamentario iraquí, Absul Karim al Anzi, aseguró ante la cámara que los secuestradores llevaban uniformes militares y denunció que las fuerzas de seguridad estaban haciendo muy poco para liberar a los rehenes. «Exigimos que el Gobierno envíe de inmediato a las tropas para conocer el destino de los secuestrados», afirmó Al Anzi.

Por otra parte, a primera hora de ayer un par de bombas colocadas en carreteras que tenían como objetivo sendas patrullas policiales explotaron en Bagdad y provocaron la muerte de seis transeúntes, informó el capital de la Policía Mohamed Abdul Ghani.