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La Corte Suprema argentina puso ayer fin a cinco años de compulsas judiciales entre bancos y miles de clientes, al avalar la conversión a pesos de los ahorros en dólares a principios de 2002, en medio de la peor crisis económica del país.

Si bien el fallo ratifica la constitucionalidad de la denominada «pesificación», también ordena a las entidades bancarias devolver a los ahorradores la totalidad de sus depósitos originales en dólares convertidos a pesos.

Para ello, estableció una ecuación que supone devolver por cada dólar depositado 1,40 pesos, más la aplicación de un índice que refleja la evolución de la inflación minorista y una tasa de interés anual del 4%.

Si el pago se efectuase hoy, el inversor recibiría unos 3,08 pesos por dólar depositado, en línea con la cotización actual, de 3,06 pesos para la compra y 3,10 pesos para la venta.

«El resultado es, al momento del fallo, equivalente al cien por ciento del valor en dólares del depósito», destacó la Corte en un comunicado, en el que agrega que, de este modo, «no hay lesión» al «derecho de propiedad» del ahorrador. Sin embargo, si durante la ejecución de la sentencia, el resultado de la ecuación superara la cotización del dólar de ese momento por efecto de una mayor inflación, el pago deberá realizarse a la paridad del tipo de cambio.

Esta prevención fue añadida para evitar posibles demandas de los bancos que pudieran alegar perjuicios por pagar más del valor original de los depósitos.