El reverendo Jackson y el actor Tim Robins.

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EFE-WASHINGTON
Miles de manifestantes de todo EEUU, acompañados por celebridades de Hollywood y líderes políticos, exigieron ayer en Washington un fin a la ocupación estadounidense en Irak, en la mayor movilización nacional desde el inicio de la guerra en 2003. La marcha ante el Capitolio, organizada por la coalición «Unidos por la Paz y la Justicia», que congrega a 1.400 organizaciones de todos los puntos del país, se produce en un momento en que el Congreso, ahora bajo control demócrata, revisa con lupa la estrategia político-militar de Estados Unidos en Irak.

El presidente estadounidense «está utilizando a nuestras tropas como escudo humano y no quiere aceptar que su política (en Irak) ha fracasado», agregó Martin, mientras contemplaba la muchedumbre desde una tarima. Ante la prolongación e impopularidad de la guerra en Irak, el Gobierno de Bush pidió recientemente el envío adicional de 21.500 soldados a ese país.

Portando carteles con mensajes de paz y gritando consignas en contra del presidente George W. Bush, los manifestantes se congregaron desde tempranas horas frente al Capitolio para exigir que los demócratas cumplan su promesa electoral de noviembre pasado de dar «un nuevo rumbo» al país. «El Congreso tiene que poner de su parte y cortar los fondos para la guerra en Irak, y no dejarse intimidar por las tácticas de miedo que utiliza el Gobierno de Bush», dijo Kevin Martin, director ejecutivo del grupo «Peace Action», integrante de la coalición que organizó la protesta.

La propuesta de Bush para propiciar la estabilidad del país árabe, señaló Martin, «es como querer apagar el fuego con gasolina», y con ésta «sólo arriesga un mayor desastre para el Partido Republicano en las elecciones de 2008». Haciéndose eco de otros activistas, Martin insistió en que oponerse a la guerra en Irak no es signo de «traición a la patria (como sostienen algunas acusaciones) precisamente porque apoyamos a nuestras tropas y queremos que regresen a casa». Agregó que «alrededor de mil activistas» de 47 estados se reunirán con miembros del Congreso, o sus asesores, el lunes próximo para «comunicar el mensaje de que no vamos a tolerar más la política» de Estados Unidos en Irak.