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EFE-WASHINGTON
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, aceptó ayer la dimisión de su secretario del Ejército, Francis Harvey, relacionada con el escándalo del hospital militar Walter Reed de Washington. Gates anunció ayer la renuncia de Harvey, quien ejercía como secretario del Ejército desde 2004, en una declaración realizada en el Pentágono.

La noticia sobre la dimisión de Harvey se produce después de que el diario «The Washington Post» publicara diversos reportajes en los que reflejaba las malas condiciones de los edificios del hospital destinados a los convalecientes , en su mayoría de la guerra de Irak.

El secretario de Defensa aseguró que los soldados se «merecen el mejor» y «más apropiado de los cuidados». Dijo, además, que el problema del hospital está centrado en el mando del mismo y no en su personal, al que dedicó palabras de elogio.

El rotativo capitalino indicó hace ya dos semanas que el centro hospitalario estaba infestado de moho, cucarachas y ratones.

Este pasado jueves el general al mando del hospital militar, George Weightman, fue relevado del cargo. El teniente general Kevin Kiley, hasta ahora al frente del Mando Médico del Ejército, asumirá el cargo de Weightman interinamente hasta que se nombre de forma oficial a su sustituto. El presidente de EEUU, George W. Bush, se ha negado hasta el momento ha realizar comentarios sobre el escándalo, pese a la insistencia de los periodistas.