Soldados norteamericanos realizan labores de fortificación en Irak. Foto: F.BENSCH/REUTERS

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EFE-WASHINGTON
Las guerras de Afganistán y de Irak han dejado con secuelas mentales a más de 30.000 soldados de EEUU, según revela un estudio publicado en la revista «Archives of Internal Medicine». Uno de cada cuatro soldados estadounidenses desplegados en Irak y en Afganistán que ha sido atendido por la seguridad social presenta enfermedades mentales, según el estudio. Si se incluyen problemas psicológicos como la violencia doméstica, la cifra de ex combatientes con trastornos mentales se eleva al 31%.

El estudio de «Archives of Internal Medicine», una publicación del «Journal of the American Medical Association» (JAMA), destaca que más de la mitad (56%) de los soldados así diagnosticados presentan más de una enfermedad mental.

Un 29% de los soldados que han regresado de Irak y de Afganistán han solicitado atención médica específica para ex combatientes, una cifra muy superior al 10% de veteranos de Vietnam que lo solicitaron entonces.

Los veteranos de guerra tienen problemas de consumo de drogas, sufren trastornos de estrés postraumático y otras alteraciones. La mayoría se vieron sometidos a un ambiente de intensa lucha contra la actividad guerrillera, así como a la amenaza crónica de bombas y explosivos improvisados.

El grupo de científicos examinó a 103.788 veteranos de las guerras de Irak y de Afganistán entre el 30 de setiembre del 2001 y el 30 de setiembre del 2005. Un 13% de los examinados eran mujeres y un 54%, hombres menores de 30 años.

32.010 soldados recibieron un diagnóstico de problemas mentales o psicosociales. La mayoría sufría síndrome postraumático, es decir un 52% de todos los miembros de las Fuerzas Armadas con problemas mentales que regresaron de ambos conflictos, de acuerdo con el estudio.