El documento, que ha sido enmendado para obtener la conformidad de China y Rusia -los dos países contrarios a endurecer con firmeza las sanciones al régimen iraní- ha sido presentado por el Reino Unido a los diez miembros no permanentes del Consejo, que se mantuvieron al margen de las negociaciones.
El primer ministro francés, Dominique de Villepin, que se entrevistó ayer con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, señaló que la propuesta presentada por los cinco miembros del Consejo -EEUU, Reino Unido, Francia, Rusia y China-, junto con Alemania es «un planteamiento constructivo, progresivo y reversible». «Los iraníes pueden escoger. Aceptar las obligaciones internacionales y renunciar a sus actividades de enriquecimiento de uranio, con un paquete de incentivos para su programa nuclear civil y para el desarrollo. Si no lo hacen, deberán afrontar un endurecimiento de las sanciones», indicó.
Aclaró que las sanciones no están dirigidas al pueblo iraní, sino a sus autoridades y que el hecho que se establezca un calendario para su cumplimiento es «un elemento crucial para lograr resolver cualquier conflicto».
Por su parte, el embajador en funciones de EEUU, Alejandro Wolff, consideró que es un texto «equilibrado y progresivo», que deja abierta la vía diplomática, por lo que expresó su esperanza de que se pueda adoptar con la mayor rapidez posible,
«Si Irán suspende sus actividades de enriquecimiento de uranio, las medidas serán suspendidas y eso permitirá volver a la mesa de negociaciones para un proceso político», subrayó. Evitó especular sobre la fecha de la votación, por considerar que es necesario obtener el máximo apoyo de los quince miembros del Consejo de Seguridad, pero reiteró que «el tiempo es imperativo».
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