Merkel y su marido reciben a Zapatero y su esposa, Sonsoles Espinosa, en la Filarmónica de Berlín. Foto: KAI PFAFFENBACH/REUTERS

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J. C. BARRENA-BERLÍN
La canciller alemana y presidenta de turno de la Unión Europea, Angela Merkel, hizo ayer un llamamiento a los 27 países miembros para hacer un esfuerzo conjunto que conduzca al fin de la crisis constitucional europea y haga que la UE gane decisivamente en capacidad de maniobra. En un mensaje de vídeo grabado con motivo del comienzo de los actos festivos por el 50 aniversario de los Tratados de Roma, la jefa del Gobierno germano subraya además que la definición de una política Exterior común debe ser la nueva tarea de la Unión.

Pese al escepticismo de Gobiernos como los de Polonia, Chequia, Gran Bretaña u Holanda, la presidenta de turno de la UE se muestra empeñada en sacar adelante un tratado constitucional para toda la Unión. «Debemos decir a la gente cual va a ser nuestro camino antes de las próximas elecciones europeas», insiste Merkel, quien subraya que «nos tomamos muy en serio lo que se piensa en los distintos países» y asegura que se tendrá siempre en cuenta la opinión de todos.

«Tenemos la misión de explicar a las ciudadanas y ciudadanos de Europa hasta los próximos comicios europeos en el año 2009 como nos imaginamos una Unión Europea renovada y con capacidad de acción», señala Merkel en su mensaje, hecho público poco antes de comenzar los festejos en Berlín con la asistencia de todos los jefes de estado o gobierno de la Unión, que manifestaron su optimismo de cara al futuro comunitario.

Junto con el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y el del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pottering, Merkel suscribirá hoy en un acto solemne la llamada Declaración de Berlín, en la que se definen los principios, valores, objetivos y metas de la UE. Sin embargo y pese a la insistencia de Merkel, dicha declaración no habla de la Constitución de la Unión y su única referencia al tema es la del «empeño de dotar a la UE de fundamentos comunes renovados de aquí a las elecciones al Europarlamento en 2009».

La lucha contra la inmigración ilegal figurará finalmente entre los objetivos comunes de los países socios de la UE, según la Declaración de Berlín, y en el que no menciona a la Iglesia católica, como querían amplios sectores sociales. Se pedía reconocer los valores del catolicismo para construir Europa.