Su momento de gloria llegó en la madrugada del 19 de agosto, cuando la cúpula comunista aisló a Gorbachov en Crimea, sacó los tanques a la calle y usurpó el poder como Comité Estatal de Situación de Emergencia y llamó a la desobediencia y la resistencia.

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MIGUEL BAS-MUSCÚ
Borís Yeltsin, el hombre que asestó el golpe mortal al comunismo, acabó con la URSS y abrió una nueva etapa en las relaciones internacionales, falleció en Moscú a los 76 años de un repentino paro cardíaco.

Allí, en Sverdlovsk, antiguo Ekaterimburgo donde fueron fusilados el zar Nicolás II y su familia en 1918, trabajó de obrero, estudió ingeniería civil e ingresó en el Partido Comunista, único camino entonces hacia la cima del poder. La perestroika, impulsada por Mijaíl Gorbachov, requería nuevos dirigentes, jóvenes y enérgicos como Yeltsin, que fue trasladado a Moscú.

Yeltsin fallecióA a mediodía en el Hospital Central de Moscú a causa de una progresiva insuficiencia cardiovascular multiorgánica, según explicó Serguéi Mirónov, jefe del Centro Médico del gabinete de la Presidencia rusa.

Su corazón ya le había dado problemas y poco después de ser reelegido presidente de Rusia, en julio de 1996, fue sometido a una operación para instalarle cinco puentes coronarios.

Hijo y nieto de kulak, prósperos campesinos expropiados por el comunismo, Yeltsin nació el 1 de febrero de 1931 en el poblado de Butka, cerca de Sverdlovsk en los Urales, a donde la familia huyó de las represiones.

En tan solo dos años, fue responsable de la construcción y jefe del Partido en Moscú, secretario del Comité Central y miembro del omnipotente Politburó. Al final, en noviembre de 1987, Gorbachov optó por deshacerse de él para calmar al menos un poco a los sectores conservadores, cuya resistencia crecía a medida que avanzaban las reformas. En otros tiempos, semejante caída era el fin de la carrera política y hasta el propio Yeltsin se desesperó y en 1989 llegó a pedir su «rehabilitación política» en el congreso del PCUS.