Los refugiados palestinos huyen del campamento de Nahr el Bared.Foto: IHAB MOWASY/REUTERS

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EUROPA PRESS-BEIRUT
Los miles de palestinos que han abandonado el campamento de refugiados de Nahr el Bared, en las afueras de Trípoli, debido a los enfrentamientos entre el Ejército libanés y milicianos de la organización Al Fatá al Islam están siendo realojados por responsables de la Oficina de Naciones Unidas para la Ayuda a los Refugiados Palestinos (UNRWA) en el campamento cercano de Beddawi.

Mientras, «algunas familias han preferido permanecer en el interior del campamento» y ahí están siendo atentidas por algunos miembros del equipo de la UNRWA, que, además, está instalando un centro de salud cerca de la mezquita de Nahr el Bared, ya que el que ya existía se encuentra en una zona «peligrosa», indicó. El equipo cuenta con personal sanitario.

La situación en Nahr el Bared en estos momentos es de «calma». Desde la noche del martes no se han vuelto a producir intercambios de disparos, lo que ha permitido a los trabajadores de la UNRWA entrar en el campamento y entregar algunos alimentos y medicinas.

«Nuestro convoy se vio alcanzado y nos tuvimos que ir del campamento, pero luego volvimos y pudimos entregar pan y algunas cosas más», explicó la portavoz. La agencia de la ONU tiene previsto continuar con el suministro de alimentos básicos esta mañana.

La relativa tranquilidad en el campamento, en el que originalmente permanecían refugiados unos 30.000 palestinos, permitió que cientos de desplazados abandonaran la zona. Estas personas están siendo llevadas hasta otro campamento cercano, donde «se ha habilitado un colegio para reacomodarlos», indicó la responsable. Allí se les está haciendo entrega de material de primera necesidad.

No obstante, la responsable de la UNRWA aseguró que los trabajadores de la Cruz Roja y la Media Luna Roja libanesa pudieron también acceder anoche al interior del campamento y evacuar a todos los heridos.

Por el momento, la UNRWA no cuenta con un balance seguro de las víctimas del conflicto, que comenzó el pasado domingo, ni del número de desplazados. La cifra de heridos es difícil de determinar, dado que algunas personas fueron dadas de alta tras recibir la primera asistencia. El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, deploró ayer los ataques contra el Ejército libanés y las fuerzas de seguridad del país y pidió que «paren inmediatamente». En un comunicado, Ban dijo que estas acciones «constituyen un asalto a la estabilidad y soberanía de Líbano, y ponen en serio peligro a los civiles». Así, el secretario general pidió la creación de corredores seguros que permitan suministrar asistencia médica a quienes necesiten ayuda.