Por ello, Estados Unidos se dirigía a la cumbre del G8 (Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia) como el blanco de todas las críticas por ir a remolque, pero con su plan de ayer la Casa Blanca pretende ofrecer su propia respuesta al problema.
El presidente hizo el anuncio en un discurso previo a la cumbre del Grupo de los Ocho (G8), que tendrá lugar del 6 al 8 de junio en Heiligendamm (Alemania), donde el cambio climático tendrá un papel predominante.
El gobierno de Bush se había negado hasta ahora a aceptar límites a las emisiones de gases contaminantes, como los marcadas por el Protocolo de Kioto, y en cambio ha apuntado al avance tecnológico como la solución del problema.
«Estados Unidos trabajará para establecer un nuevo marco sobre las emisiones de gases de efecto invernadero para cuando venza el Protocolo de Kioto en 2012», dijo Bush.
Ese pacto obligaba a los países industrializados que lo ratificaron a reducir para 2012 esas emisiones a niveles de 1990.
Alemania, que actualmente preside el G8 y la Unión Europea, ha propuesto que los ocho rubriquen en Heiligendamm un acuerdo para definir qué pasará después de esa fecha. Su canciller, Angela Merkel, acogió positivamente el anuncio de Bush. «Esto establece un terreno en común desde el que avanzar», dijo a la prensa en Berlín.
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