Varios paletinos esperan en el punto de control de Erez para pasar a Gisjordania. Foto: MAHAMMED SABAR/EFE

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EFE-RAMALA
El presidente palestino, Mahmud Abás, disolvió el Consejo de Seguridad Nacional en un intento más de debilitar al movimiento islámico Hamás mientras el nuevo gobierno de emergencia estudia la situación en Gaza.

Además, Abás nombró entonces asesor para asuntos de seguridad y secretario general del Consejo a Mohamed Dahlán, considerado «hombre fuerte» del movimiento nacionalista Al Fatah en Gaza, lo que despertaba no pocos recelos entre los seguidores de Hamás.

Con la disolución del Consejo, Abás ha destituido formalmente el último resquicio de coparticipación con Hamás en las instituciones de poder, pues el depuesto primer ministro y líder del grupo islámico, Ismail Haniye, era el vicepresidente de dicho organismo.

El Consejo, que existía en tiempos de Yaser Arafat, fue reactivado el pasado mes de marzo por Abás tras los acuerdos alcanzados en La Meca con los líderes de Hamás, en un intento de restablecer el orden y el imperio de la ley en los territorios palestinos.

Entretanto, el flamante Ejecutivo de emergencia, encabezado por Salam Fayad, ha celebrado su primera reunión en la que se analizó la delicada situación de seguridad en la franja de Gaza y las vías para que la población palestina pueda regresar a la normalidad lo antes posible. Tras la reunión del gabinete, los ministros tomaron posesión de sus respectivos cargos en las sedes de sus Ministerios en la ciudad cisjordana de Ramala. Por su parte, el Movimiento de la Resistencia Islámica, Hamás, exhortó a las naciones árabes y la comunidad internacional a que no mantengan vínculos con el gobierno de Fayad al que consideró «ilegítimo». Sami abú Zuhri, portavoz de Hamás en la franja de Gaza, insistió en que mantener contactos con el gobierno de emergencia es considerado una «intervención flagrante en los asuntos internos palestinos».