Maheu, al que Roselli conocía como un contable, contó a éste en una reunión en el hotel Hilton Plaza de Nueva York que le había contratado una compañía que estaba sufriendo fuertes pérdidas económicas debido a las medidas adoptadas por Castro en Cuba y que sus dirigentes estaban dispuestos a pagar 150.000 dólares de entonces para eliminar al líder cubano.
Ese intento de asesinato está descrito en los documentos conocidos como «joyas de la familia», desclasificados por la CIA y que revelan, entre los abusos de aquella época, también el espionaje a periodistas y disidentes o intentos de secuestro.
En las casi 700 páginas de documentos se detalla que en 1960 la agencia de espionaje estadounidense quiso usar a un miembro de la mafia, identificado como Johnny Roselli, de Las Vegas, para matar a Castro en «una acción tipo gángster«.
El funcionario de la CIA Richard Bisell se puso en contacto en agosto de 1960 con el coronel Sheffield Edwards, de la Oficina de Seguridad, para saber si tenía algún contacto que pudiera ayudar «en una misión delicada«, cuyo objetivo era la muerte de Castro. Debido a la naturaleza «extremadamente delicada» del plan, «sólo un pequeño grupo resultó informado», agrega el informe.
Una fuente de la Oficina de Seguridad, Robert Maheu, propuso el nombre de Roselli, un supuesto miembro de la mafia.
A Roselli se le iba a «dejar claro que el Gobierno de EEUU no estaba, ni debería estar, al tanto de la operación», detalla el documento desclasificado.
Finalmente, el proyecto se suspendió debido al fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos, en abril de 1961. Según fuentes oficiales cubanas, Castro ha sido objeto de más de 600 atentados durante su vida.
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