Un camión se lleva el primer coche bomba localizado en el centro de Londres. Foto: CLARA MOLDEN/REUTERS

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OTR/PRESS-LONDRES/MADRID
La capital británica escapó ayer, a pocos días de que se cumplan dos años de la masacre del 7-J en los medios de transporte londinenses, de lo que podría haber sido un ataque terrorista de dimensiones imprevisibles. Todas las alarmas se dispararon tras el aviso, por parte de los servicios de emergencia, de que un coche sospechoso humeaba de madrugada en una de las zonas más concurridas de Londres. En las horas siguientes, Scotland Yard localizó un segundo vehículo que podría tener relación con el primero -según informó la cadena «Sky News» mientras el primer ministro, Gordon Brown, afrontaba su primera prueba como jefe del Ejecutivo británico.

El jefe del comando antiterrorista de Scotland Yard, Peter Clarke, admitió que en caso de que la explosión hubiese tenido lugar «podría haber habido un número significativo de heridos o de muertos».

Sólo dos días después de haber entrado como inquilino en el número 10 de Downing Street, Brown convocaba a su Gabinete en una reunión de emergencia, fundamentalmente para trasladar a sus ministros que todos los sistemas de vigilancia contra el terrorismo deben estar permanentemente en funcionamiento, según informaciones de 'The Times'.

El coche sospechoso fue avistado en torno a las 2.00 horas de la madrugada por una ambulancia frente a un popular club nocturno de Londres, el 'Tiger Tiger Club', que esa noche ofrecía una fiesta para chicas, en Haymarket, muy cerca de Picadilly Circus. Los conductores de la ambulancia vieron humo sospechoso salir del Mercedes aparcado y avisaron a la Policía. En el interior, los agentes encontraron cerca de 60 litros de gasolina, clavos y bombonas de gas, así como un teléfono móvil preparado para hacer detonar el cóctel. Según Scotland Yard, la explosión habría causado una bola de fuego del tamaño de un edificio y una honda expansiva de dimensiones considerables.

Al descubrimiento de este coche-bomba, desactivado manualmente por los artificieros de Scotland Yard, le precedió el hallazgo de un segundo vehículo sospechoso que puso a todo Londres en estado de alerta y cerró gran parte de la ciudad, incluyendo Park Avenue, una avenida repleta de hoteles de lujo, y la estación de Picadilly Circus. Según fuentes de seguridad consultadas por «The Times», Scotland Yard busca ahora posible vínculos internacionales con estos dos coches, de los que no obviaron apuntar que emodus operanti es muy similar al que Al Qaeda emplea en los atentados de Irak.