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AGENCIAS/ISLAMABAD El Gobierno y el Ejército paquistaní dieron ayer por finalizado el asalto contra la Mezquita Roja de Islamabad en la que se habían atrincherado un grupo de milicianos islamistas desde hacía una semana. En la operación han muerto, además del líder de los amotinados, el clérigo Abdul Rashid Gazi, al menos 60 milicianos y 10 soldados, mientras que varias decenas más resultaron heridos, según fuentes militares, pero anoche ya se habían retirado al menos 286 cadáveres del recinto religioso, cuyo asalto duró algo más de 24 horas.

«La primera fase de la operación ha terminado y ya no hay más milicianos en el interior» de la Mezquita Roja, anunció el portavoz del Ejército, Waheed Arshad, después de que las fuerzas especiales del Ejército paquistaní registraran completamente el complejo tras ocho días de violentos enfrentamientos con los islamistas que se habían atrincherado en su interior y que dejaron más de 80 muertos.

Según el portavoz militar, el recinto de la mezquita y de la escuela religiosa para mujeres adyacente está siendo registrado por los soldados en busca de minas, bombas-trampa y otro armamento. Previamente, Arshad había indicado que sólo «unos pocos» milicianos continuaban prestando resistencia en la mezquita. No obstante, había precisado que llevaría tiempo limpiar el recinto.

Por su parte, el primer ministro, Shaukat Aziz, precisó a la prensa que no se han encontrado cuerpos de mujeres y niños en el interior del complejo y dijo que hay pocas probabilidades de que aparezcan tales cuerpos durante la revisión del edificio.

«El grupo principal de mujeres estaban todas juntas y salieron todas juntas», afirmó, en referencia a las 27 mujeres y tres niños que abandonaron ayer la mezquita. «La operación ha terminado, todo el mundo que estaba dentro ha salido», aseveró el primer ministro.

Al menos 286 cadáveres han sido retirados del recinto de la Mezquita Roja de Islamabad y trasladados a unos almacenes para su entierro durante la noche, aseguró ayer una fuente de los servicios de inteligencia paquistaníes. Cientos de trabajadores están cavando fosas para sepultar los cadáveres antes del alba, mantuvo la fuente, que pidió el anonimato, y añadió que el Gobierno pretende de este modo ocultar la matanza ocurrida en la mezquita.