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OTR/PRESS-RANGÚN El enviado especial de la ONU a Myanmar (antigua Birmania), Ibrahim Gambari, no logró alcanzar ayer todos sus objetivos ante una actitud poco receptiva de la Junta Militar. Gambari mantuvo algunos contactos con autoridades del país pero no consiguió reunirse con el líder de la Junta Militar, el general Than Shwe, ni con su número dos, el general Maung Aye, según informó Naciones Unidas. Por contra, sí habló con la premio nobel de la Paz Auung San Suu Kyi en contraste a la negativa de ayer. Entretanto, el Ejército birmano empieza a sofocar la revuelta con puño de hierro. Ayer hubo menos protestas y fueron menos numerosas En un comunicado, la ONU indicó que Gambari se reunió con el primer ministro, con el viceministro de Asuntos Exteriores y con los ministros de Información y Cultura. Asimismo, «hizo gestiones para reunirse» con el general Than Shwe, sin resultados. Otro dirigente ausente de los encuentros fue Maung Aye. Este espaldarazo de las autoridades militares coincide con un fin de semana en el que los efectivos birmanos han conseguido reprimir casi en su totalidad las protestas, siguiendo la dura línea de represión de los últimos días.


90 minutos
Con quien sí pudo reunirse, según el comunicado de la ONU, es con la activista demócrata Aung San Suu Kyi, después de que recibir el permiso de la Junta Militar. El encuentro duró aproximadamente 90 minutos, según informaron fuentes diplomáticas bajo anonimato. No han transcendido más detalles sobre la entrevista pero contrasta con la negativa expresada ayer por el ejército, que prohibió al representante la ONU mantener un encuentro con Aung San Suu, premio Nobel de la Paz y heroína del presidente democrático que ganó las elecciones de 1990 y que ha pasado 12 de los últimos 18 años en arresto domiciliario. Gambari, quien se desplazó a Rangún desde Naypyitaw para entrevistarse con Suu Kyi, regresó después a la capital para intentar de nuevo reunirse con los dos principales dirigentes del país.